Con el Agua al cuello

El día 10 de Enero de 2016 el Camping Puesta del Sol cumplió 10 años de muy lindos momentos con muchas personas que llegan de distintos lugares para estar en contacto con la naturaleza y pasar unos días en familia. Pero por otro lado, ese dia no es tan agradable debido a que están cumpliendo ese aniversario bajo agua, ya que la última crecida es la peor que les toca enfrentar a lo largo de estos años.

El camping Puesta del Sol es conocido por ser un emprendimiento familiar ubicado a la vera del río Paraná en la localidad de Pueblo Brugo, tiene la característica de ser atendido exclusivamente por sus dueños, quienes aman ese pedazo de tierra, agua y cielo, que es su fuente de trabajo, pero también su hogar. Quienes hayan visitado ese lugar, conocen la amabilidad de los Hofstetter, que son quienes atienden la cantina, mantienen el lugar en condiciones y que volverán a recomenzar desde cero, luego de que “el agua baje…”

El camping en los mejores momentos

Se trata de una familia de trabajadores: Ruben Hofstetter, su Sra. Y sus hijos, Joaquín de 11 años y Jonathan de 17 años. “Hemos vivido otras crecidas, pero como ésta, ninguna. Hace 10 años que comenzamos a levantar este camping. Cuando llegamos limpiamos la zona, después construimos churrasqueras, mesas, bancos, quinchos, baños con ducha, cantina y dormís. Varias veces el agua, o las tormentas, nos tiraron abajo lo construido, pero volvimos a empezar”, cuenta el matrimonio.

Ellos se encargaron de conservar ese rincón entrerriano para que pueda ser visitado, tanto la zona de camping, la costa y el camino. Para las construcciones, que levantan con sus propias manos, utilizan mayormente materiales de la zona, intentando paulatinamente incrementar los servicios.

Ahora, están atravesando una difícil situación, donde casi les ha llegado “el agua al cuello”. Las defensas que construyen, las fueron corriendo cada vez más cerca de su casa, hasta tenerla prácticamente en las puertas. Ellos saben que la culpa de la inundación no la tiene Dios, ni las copiosas lluvias, ni el rio, sino el desmonte y el mal uso del suelo. Sin embargo, ellos no pierden la fe, en que “ya bajará… entonces limpiaremos y empezaremos a trabajar otra vez”.

Lamentablemente no habría recibido ninguna ayuda gubernamental. Pero tampoco esto hace quebrantar su buen ánimo y no dejan de ser muy agradecidos por los clientes y amigos que se acercan a darles una mano.

Fuente: Revista Ideas Culturales N°40

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