En una situación insólita, el fallecido recién pudo ser enterrado al otro día, entre acusaciones cruzadas entre los familiares y el intendente de Pueblo Brugo.Mario Valentín Luna falleció en Paraná el martes a las 6 de la mañana. Según contaron a UNO sus familiares, estaba internado por un cáncer y sufrió una complicación al padecer una pulmonía bilateral. Había nacido en Pueblo Brugo y en el cementerio de esa localidad están sepultadas su mamá y su abuela, por lo que antes de morir había manifestado que deseaba que sus restos descansaran en esa misma fosa.
Los parientes habían avisado al intendente, Martín Ruiz, que irían a enterrarlo en el cementerio de ese municipio. El mismo día del deceso partieron de la capital entrerriana, sin poder velarlo debido a los protocolos por Covid-19, y arribaron cerca de las 16. Al llegar al lugar se encontraron con que no había nadie en el camposanto. Desesperados, los deudos empezaron a llamar al intendente, pero no pudieron contactarse. Los propios familiares del difunto intentaron remover la losa de la tumba para depositar sus restos, pero el esfuerzo fue infructuoso.
Desde ese momento nadie pudo descansar en paz. El dolor de quienes sufrieron la pérdida se transformó en bronca y decidieron hacer pública la situación. Lidia Fernández, la nuera de Mario Luna, contó a UNO que la viceintendenta Betina Cosnard fue quien envió un par de trabajadores municipales para que pudieran inhumar a la persona fallecida, ante la insistencia de los parientes. “Nosotros somos de Paraná y la hija de mi suegro le había prometido que lo iban a llevar al cementerio de Pueblo Brugo, junto a su mamá y su abuela. Cuando llegamos, la ambulancia donde era transportado lo dejó arriba de otra tumba y se fue. Mi cuñado ya había hablado el día anterior con el intendente, porque teníamos en cuenta que mi suegro estaba ya muy mal de salud y que podía fallecer en cualquier momento, y él le dijo que se quedara tranquilo, que iba a dejar el fosa abierta para que los familiares pudieran depositar el cajón. Incluso el mismo día mi cuñado lo volvió a llamar temprano y le dio la misma respuesta. Pero resulta que llegamos y nos llevamos la sorpresa de que no estaba la fosa hecha”, aseguró.
Acto seguido, comentó: “Quisimos sacar la tapa, porque no había nadie en el cementerio, ningún encargado. Llamamos al intendente y no nos atendió, mi cuñado fue hasta el lugar donde debería estar, pero nos enteramos de que había viajado a Paraná. Aparecieron dos obreros que trabajan en el municipio, pero no tenían ni herramientas, solo un pico cortito de 20 centímetros y un martillo, ni siquiera era maza para poder romper. Intentamos sacarlos con un tractor, con una pinza. Después tratamos de sacar a quienes que estaban enterrados, a su abuela y madre, porque vimos que el lugar era muy playo y que no cabían tres cajones. Es increíble las cosas que tuvimos que hacer y tuvimos que pasar, para que todo termine en que no lo pudimos enterrar ese día”.
Sobre este punto, Lidia afirmó que al cementerio de Pueblo Brugo su suegro le había pagado hasta el 2025 el canon para una tumba para tres, pero al lograr retirar la lápida de losa, advirtieron que la situación era diferente y solo había lugar para dos féretros, y analizaron “reducir los restos de la abuela” para que quepan todos.
Finalmente, de acuerdo a lo que manifestó, ya habían pasado cuatro horas intentando poder darle sepulcro a “don Luna”, y decidieron dejar el cajón en una pieza en el cementerio para poder enterrarlo ayer. “Lo dejaron tapado con un nylon, sin una guardia ni nada, en una piecita del cementerio que ni siquiera era una capilla. El dolor que teníamos se transformó en bronca. Nos vinimos todos desilusionados, porque fue una vergüenza lo que pasó, una injusticia, fue algo inmoral e inhumano. La verdad, un desastre”, manifestó, visiblemente angustiada.
Asimismo, aseveró: “Solo queríamos despedir a don Luna, que era un hombre muy bueno, para que descanse en paz. Hubo familiares que terminaron descompuestos ante esta situación, y no sabíamos qué hacer”.
Fuente: Diario UNO